miércoles, 19 de agosto de 2015

BANDERAS Y PENDONES


Desde el pasado viernes 14 de agosto, día en el que comenzaron las Fiestas de la Virgen Grande de Torrelavega, lucen en la fachada del Ayuntamiento, además de las banderas oficiales, el lábaro y la bandera Palestina. El lunes publiqué en mis perfiles de Twitter y Facebook la foto en la que se ven las banderas no oficiales, con una pregunta dirigida al Alcalde de Torrelavega, José Manuel Cruz Viadero, que decía ¿Que es lo próximo que vas a permitir en la fachada del Ayuntamiento, una pancarta que diga "José Marí y Puri se casan?

La verdad es que nunca he sido muy de banderas. La simbología no es algo que me quite el sueño, pero me pareció que la fachada del Ayuntamiento, durante las fiestas patronales, debe estar presidida por las banderas oficiales reconocidas por la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía de Cantabria y como es tradición en Torrelavega, el pendón con el escudo del Ave María. Cualquier otro símbolo, por muy digno que sea, puede ocupar otros espacios, pero no ese. O bien ese espacio, pero en otro momento y con más dignidad y no asomando por una ventanuca. 

Si cualquiera de nosotros tuviera oportunidad de descolgar por las ventanas del Ayuntamiento un símbolo con nuestra reivindicación preferida, el edificio más emblemático de Torrelavega parecería un tendal. Opino por tanto que durante las fiestas patronales, las banderas que deben ondear en el Ayuntamiento son las oficialmente reconocidas y que el Alcalde de la ciudad debe velar por ello. Alcalde! Acalde un poco aquello!

Bien, pues estas dos publicaciones han generado bastante revuelo. Facebook en llamas a cuenta de los partidarios y no partidarios de respetar el protocolo institucional. Y mucha intransigencia en algunos pocos, que interpretaron que estoy en contra del lábaro y del pueblo palestino por el hecho de que considere que nuestras Fiestas Patronales no son el momento para hacer ambas reivindicaciones. Es más, los que se creen que tienen en exclusiva la potestad de repartir etiquetas, de decidir quién se siente cántabro o no, decidieron por mí y concluyeron que no me siento cántabra, que no me gustan los bolos, que me gusta el aguilucho y que le niego el derecho a existir al pueblo palestino. Justo lo contrario de lo que siento. 

Al final, los que se mofan del respeto que muchos sienten por las banderas, son más frikis de las banderas que nadie. Porque su obsesión desmesurada y obsesiva por algunas de ellas les lleva a una preocupante intolerancia. 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
EL BLOG DE MARIA LUISA PEÓN ,