He leído recientemente a Marcano recordar que el PRC nació en Torrelavega hace más de 30 años y todo lo que han crecido desde entonces. Es posible que al PRC le haya ido bien con Torrelavega, pero ¿se puede decir lo contrario? ¿Le ha ido bien a Torrelavega con el PRC? Me parece que no.
Los últimos 7 años, los del Gobierno de Revilla en Cantabria no han sido precisamente prósperos para nuestra ciudad. En Torrelavega tendemos a atribuirle a la parte PSOE del Gobierno el estrangulamiento de iniciativas e inversiones que hemos sufrido en este periodo, pero la realidad es que el máximo responsable de las decisiones, del destino del presupuesto y de la estrategia de sus inversiones es su Presidente, Miguel Angel Revilla, el Secretario General de un partido que -según dicen- tanto ha recibido de Torrelavega. Él es por tanto el consentidor de que seamos uno de los municipios de Cantabria que menos inversión recibe por habitante.
La Feria de Muestras defenestrada por Agudo, la negativa de Truan a instaurar partos y pediatría en Sierrallana, la ineptitud de Sota para poner en marcha el polígono industrial, el deficiente convenio con Mediavilla para la prestación del Servicio Contra Incendios, la tardanza de Mazón en ejecutar la residencia para discapacitados adultos en la Finca del Asilo, la marcha de los estudios de Relaciones Laborales permitida por Díaz Tezanos, la decisión de Gorostiaga de llevarse Juvecant... todo lo que nos ha sido negado durante las dos últimas legislaturas ha sido consentido por Miguel Angel Revilla, que no ha podido o querido orientar de otro modo la política de su gobierno con la ciudad de Torrelavega.
Al Presidente se le da de cine escabullirse de las responsabilidades inherentes a su puesto. Le hemos oído muchas veces escudarse en que determinada competencia le corresponde a la parte socialista del gobierno para desmarcarse de una decisión. Esa actitud es tremendamente cómoda: te permite dar la razón a quien te reprocha algo y a la vez no hacer nada para remediarlo. Un dicho popular define a la perfección esta forma de actuar: “Ni una mala palabra, ni una buena acción”. Torrelavega lleva sufriendo esta actitud del Presidente del Gobierno hace tiempo y de modo muy acentuado los últimos tres años. Y tan acostumbrados estamos a que no se dedica a dirigir su gobierno que ya ni siquiera recurrimos a él para que cambien las cosas. Como si hubiéramos perdido la esperanza de que pueda hacer algo para que nos vaya mejor.
A Revilla le gusta presumir de haber puesto a Cantabria en el mapa de España. Podía poner un poco de empeño en que Torrelavega destacara en el mapa de Cantabria ¿o no?
Los últimos 7 años, los del Gobierno de Revilla en Cantabria no han sido precisamente prósperos para nuestra ciudad. En Torrelavega tendemos a atribuirle a la parte PSOE del Gobierno el estrangulamiento de iniciativas e inversiones que hemos sufrido en este periodo, pero la realidad es que el máximo responsable de las decisiones, del destino del presupuesto y de la estrategia de sus inversiones es su Presidente, Miguel Angel Revilla, el Secretario General de un partido que -según dicen- tanto ha recibido de Torrelavega. Él es por tanto el consentidor de que seamos uno de los municipios de Cantabria que menos inversión recibe por habitante.
La Feria de Muestras defenestrada por Agudo, la negativa de Truan a instaurar partos y pediatría en Sierrallana, la ineptitud de Sota para poner en marcha el polígono industrial, el deficiente convenio con Mediavilla para la prestación del Servicio Contra Incendios, la tardanza de Mazón en ejecutar la residencia para discapacitados adultos en la Finca del Asilo, la marcha de los estudios de Relaciones Laborales permitida por Díaz Tezanos, la decisión de Gorostiaga de llevarse Juvecant... todo lo que nos ha sido negado durante las dos últimas legislaturas ha sido consentido por Miguel Angel Revilla, que no ha podido o querido orientar de otro modo la política de su gobierno con la ciudad de Torrelavega.
Al Presidente se le da de cine escabullirse de las responsabilidades inherentes a su puesto. Le hemos oído muchas veces escudarse en que determinada competencia le corresponde a la parte socialista del gobierno para desmarcarse de una decisión. Esa actitud es tremendamente cómoda: te permite dar la razón a quien te reprocha algo y a la vez no hacer nada para remediarlo. Un dicho popular define a la perfección esta forma de actuar: “Ni una mala palabra, ni una buena acción”. Torrelavega lleva sufriendo esta actitud del Presidente del Gobierno hace tiempo y de modo muy acentuado los últimos tres años. Y tan acostumbrados estamos a que no se dedica a dirigir su gobierno que ya ni siquiera recurrimos a él para que cambien las cosas. Como si hubiéramos perdido la esperanza de que pueda hacer algo para que nos vaya mejor.
A Revilla le gusta presumir de haber puesto a Cantabria en el mapa de España. Podía poner un poco de empeño en que Torrelavega destacara en el mapa de Cantabria ¿o no?
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