jueves, 23 de diciembre de 2010

IGUALDAD EN LA ÉLITE



Vaya por delante que la única información que tengo sobre los contenidos de la Ley de Igualdad que pretende aprobar la parte socialista del Gobierno es lo que durante los últimos tres días ha publicado el Diario Montañés. Suficiente para sacar algunas conclusiones en todo caso.

Supongo que la Dirección General de la Mujer haya facilitado al diario regional la parte de la futura ley que más le interesa destacar y que se ciñe casi exclusivamente a la presencia de las mujeres en la política, en la administración y en la dirección de las empresas. Es decir, centra las nuevas medidas para la igualdad en niveles de élite en los que no está la inmensa mayoría de las mujeres. Es como si las responsables de fijar los contenidos de la ley hubieran observado preferentemente los problemas de igualdad de su propio ombligo, obviando lo que de verdad preocupa al conjunto de las mujeres.


Imagino a muchas cántabras preguntarse, mientras leen la noticia en el periódico, en qué les beneficia a ellas esa pretendida ley de la igualdad efectiva. Un momento. Tengo que rectificar esta última frase. Probablemente las mujeres cántabras no se hayan hecho esa pregunta mientras leen tranquilamente el periódico, sino mientras acuestan a sus hijos una noche de un día en el que madrugaron para dejar la casa recogida antes de salir de casa, llevaron a los niños al cole, las mas afortunadas llegaron corriendo a trabajar, atendieron a su madre o suegra en un rato que robaron al medio día, llevaron a los niños a inglés, hicieron con ellos los deberes y prepararon la comida del día siguiente.



Y se habrán preguntado ellas, seguramente, en qué les beneficia que algunas mujeres hayan conseguido por ley reservarse unos puestos directivos en la empresa o en la política.



La  defensa de las cuotas y de la representación paritaria es más un slogan que una medida que abunde en la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Tal y como se plantea es una medida superficial, porque aparenta ser una estrategia rompedora en materia de igualdad, pero en realidad tiene el corto alcance de una medida que solo va a beneficiar a unas pocas mujeres directivas y a las mujeres políticas; las mismas que han de elaborar, redactar y aprobar la ley, por cierto.



Cuando conozcamos el contenido de la futura ley de igualdad al completo veremos si el gobierno ha considerado relevante incluir otras medidas que tengan que ver con mejorar la capacitación de las mujeres para que puedan competir en el mercado de trabajo en las mejores condiciones y ofrecer mejores recursos para la conciliación de la vida familiar y laboral. Si no es así, la apuesta legislativa para las mujeres de este Gobierno se quedará definitivamente en panfleto.

23 de diciembre 2010

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